Parte del problema, pienso yo, es que no hay un gran
énfasis en lo que los latinos americanos han contribuido al mundo,
especialmente a la sociedad norte americana. Si tomas un curso sobre la
historia del Oeste, estudiarías las herencias a nuestro lenguaje,
nuestras instituciones, artes, costumbres legales y morales de los
griegos, romanos, y la tradición judía. Sin embargo, los latinos
americanos han hecho una contribución igualmente fuerte, y esta
usualmente es solo enseñada
si tomas cursos específicos en la historia de América Latina. Pero
como Galeano describe en Las Venas Abiertas de América
Latina, la esclavitud de los
“Indios” y “Negros” construyó los
imperios
que nosotros conocemos como “desarrollados”
y ricos.
En esencia, proveyó,
por
medio del
subyugo
a
bancarios ricos y conquistadores, recursos como madera, diamantes,
oro, plata, y otros metales, y después
productos finos de la industrialización
por uso en estas naciones. Esto los hizo prósperos
y capases
de avanzar
ellos mismos. De hecho, como él
argumenta, la revolución
industrial no hubiera sido posible sin el trabajo de los esclavos y
campesinos en proveyendo
los materiales necesarios para esas grandes maquinas. Además,
América Latina continua a ser una fuente de riqueza por muchos
países por medio de los recursos y el trabajo de gente en
plantaciones, minas, y
factorías.
Los latinos americanos también continúan a
contribuir de facto igualdad de los sexos, cuya Canadá y los Estados
Unidos todavía no han logrado. Por ejemplo, mientras que el
estereotipo del macho latino americano oprimiendo a la mujer inocente
todavía florece, muchos países en América Latina han elegido
presidentes quienes son mujeres, algo que Canadá y los Estados
Unidos nunca han hecho (no obstante Kim Campbell de Canadá). Unos
ejemplos son por ejemplo: Dilma Rousseff, Presidente de Brazil desde 2010; Laura Chinchilla, Presidente de Costa Rica en 2010; Cristina Fernandez de Kirchner, Presidente
de Argentina en 2007; Michelle Bachelet, Presidente de Chile desde
2006-2010; Mireya Moscoso, Presidente de Panama en 1999-2004; Rosalia
Arteaga, Presidente en el ínerin
de Ecuador en 1997; Violeta Chamorro, Presidente de Nicaragua en
1990-1997; Lidia Gueiler Tejada, Presidente de Bolivia desde
1979-1980; Isabel Peron, Presidente de Argentina desde 1974-1976.
Mientras que de seguro sus políticas no siempre son queridas, de
acuerdo que esas son por lo menos nueve mujeres presidentes
comparadas a una en Norte América. Por supuesto, no quiero dar la
impresión que la igualdad de los sexos en otros sectores de la
sociedad no es un asunto, solo que los latinos americanos han y están
contribuyendo.
América Latina no es completamente sin conocer los
Premios Nobel de la Paz tampoco. Algunos ganadores incluyen Carlos
Saavedra Lamas en 1936 por mediación en la guerra entre Paraguay y
Bolivia; Adolfo Pérez Esquivel en 1980 por su dirección en derechos
humanos; Alfonso García Robles de México en 1982 por su trabajo en
negociaciones de desarme en las Naciones Unidas; Oscar Arias de Costa
Rica en 1987 por su trabajo en ayudando a Guatemala firmar un acordó
de paz; Miguel Ángel Asturias de Guatemala (quien recibió el Premio Nobel por Literatura en 1967) por su trabajo Hombres de Maiz; y mi favorita, Rigoberta Menchú en 1992 de Guatemala
por contribuyendo al respeto y los derechos de la gente indígena.
Pregunto otra vez, si hay razón de creer que los latinos
americanos no son realmente tan ridículos, ¿por qué entonces es
que un personaje hispano con un acento español es tan ridículo?
¿Por qué es que la cultura de América Latina no es también como
otras culturas bien respetada por los canadienses?
Yo creo que una razón mayor es que América Latina
tiene asuntos acerca de desigualdades grandes de riqueza, que
muchos ven como un tipo de inferioridad. No soy un economista ni
viajador del mundo, pero creo que si visitas a América Latina, verás
pobreza extrema al lado de una gran riqueza, y para la gente quien
nunca ha tenido que preocuparse mucho en Canadá y los Estados
Unidos, asuntos diarios de hambre, enfermedad, o simplemente una
falta de dinero son espantosos. América Latina también tiene una
historia larga de violencia y guerra. En Guatemala, por ejemplo, una
guerra civil entre guerrillas y el gobierno duró por casi 50 años,
causando desplazás, violencia, y pobreza. Todo de esto hace América
Latina lucir mera trágica, “sin desarrollo,” un grupo entero de
países lleno de gente quien no es como las personas sofisticadas,
desarrolladas, y ricas supuestamente viviendo en Canadá o los
Estados Unidos. De hecho, estoy muy seguro que hasta los Latinos
Americanos en América Latina tienen esta perspectiva. En términos
de “El Tabador,” creo que ellos están como listos haciendo
recurso a estos estereotipos generados por estas circunstancias,
porque ellos saben que vendará. No importa si la situación es
actualmente acerca de injusticia o explotación, lo que importa es
que otra gente comprará productos, y no importa como lo haces.
La ultima razón, creo yo, es que la gente en Norte
América mira a América Latina como su patio de recreo. Es donde van
de vacaciones en sus playas, van de excursión en montanas y selvas
densas, van a hablar ese padre lenguaje español, tomar margaritas y
cubas libres mientras aprendiendo a bailar salsa, merengue, o tango
en sus bares. Lo mejor de todo es que es barato, no como vacaciones
similares en los Estados Unidos o Canadá. Diversión es lo que
define a América Latina. No es su gran literatura, sus
universidades, su humanidad increíble. Telus sabe como piensa la gente,
y no tiene problema abaratar sociedades enteras de gente para vender
servicios de teléfono.
Yo creo que algunos encontrarían esta una
caracterización terriblemente injusta de la cultura canadiense o
norte americana. Pero si es verdad, me quedo pensando porque si eres
una persona con la mente abierta, entiende la cultura latino
americana muy bien y tiene alguna reverencia por ella, no estas
furioso con la representación de Koodo de gentes enteras. Lo peor de
todo es que me quedo pensando porque la gente está comprando de Telus
sin decir ni una palabra.